Sueños, aquí y ahora

 

Hace tiempo que dejé de creer en las casualidades, pues descubrí todo un mundo, las sincronicidades, y cómo el mundo que se muestra ante nosotros también nos habla en un lenguaje, a través de señales, que nos dan ciertas pistas si sabemos leerlas.

No creo que sea casualidad que el primer mes de mi vida en que vaya a vivir de mi sueño, haya sido invitado a volver a este lugar (llámese Instituto Gestalt de Castellón) donde todo cambió, a aportar un trocito de experiencia en la mesa redonda titulada «Sueños, fantasías e ilusiones», junto a varios compañeros de camino.

Los sueños de uno. Esos que antes veía inalcanzables, puesto que los colocaba allí, lejos, para que fuera imposible llegar a ellos. Esos que un día descubrí que tenía que convertir en algo más cotidiano, más presente.

Sueños de aquí, y ahora.

«Aquí y ahora» es sin duda, de todos los conceptos asociados al enfoque gestalt, ese concepto que ya solo de escucharlo, supe que llegaba a mi para romper esquemas.

Sueños es una palabra bonita. Proyectos suena más cotidiana, más factible, más real.

Así, aquí y ahora, ante la pregunta:

¿Cómo la terapia gestalt ha contribuido a que se haya dado o se esté dando tu proyecto personal?

Me ha dado por intentar responderla:

 

Hay una frase que quizá suena algo radical pero que me viene a la mente mucho y es que no hay mejor proyecto que ser uno mismo.

Y creo que es para este gran proyecto para el que llegué a la gestalt.

Recuerdo a Carmen Vazquez, en uno de los talleres de la formación que hizo más click en mí, cómo comentaba que cuando conoció la gestalt sobretodo descubrió que había una teoría que explicaba cómo ella veía la vida.

Recojo aquellas palabras y sí, la gestalt primero me tambaleó, pues es un enfoque que tambalea a lo mental, y después, o mejor, al mismo tiempo, me estimuló, fue como cuando descubres algo que estabas esperando toda la vida.

Con la gestalt integré. Acepté.

Aprendí que el click estaba en:

  • La integración, en la suma, en el y. No era una cosa o la otra, era, soy ambas. Y en la suma está la riqueza. Así, en lo profesional, la gestalt me ha ayudado a integrar lo que eran dos mundos separados: uno pareciera más formal (psicoterapia) y otro, más como el hobbie (fotografía). En lo personal, me ha ayudado a aceptar al narciso, al tímido, al inseguro y al prepotente, al agresivo y al niño, al oscuro y al luminoso.
  • El compromiso: el mundo y los demás dejaban de tener la culpa, de tener la responsabilidad sobre mi camino. Solo yo, aquí y ahora, consciente eso sí de la mochila de experiencias, pero sobretodo consciente de mis posibilidades y de mis intereses, sólo yo podía dar el siguiente paso.

La gestalt me ha dado fondo, tierra, apoyo, un enfoque, y a la vez me ha dado alas, sí, creo que cuando uno descubre su propio autoapoyo, entonces y solo entonces puede volar.

Desde el punto de vista psicoterapéutico, el enfoque gestalt me ha regalado una forma de estar y de acompañar más humana, más de igual a igual, una forma que atiende al proceso más que al resultado, una forma con la que se trabaja en presente, escuchando afuera y escuchando adentro, moviéndose desde la sinceridad, con todo lo que ello mueve, y que mira a lo corporal, a lo emocional, y no tanto a lo verbal.

Ya con el tiempo y las experiencias, vengo aprendiendo que este modo de estar, es como mi sello no solo en lo psicoterapéutico, sino también en lo fotográfico. Al final la psicoterapia y la fotografía no eran dos mundos, yo no era dos mundos. Soy uno solo. Y ambas eran como una misma cosa, solo había que caminar para integrar.

Me interesa lo humano, lo sincero y lo presente, también en fotografía.

– Lo humano: Cada vez más siento que la fotografía es la excusa para asomarme al quién. La fotografía como proyección del mundo particular de cada ser que mira. Me apasiona más lo que hay detrás de la cámara, más que lo que hay delante. También tengo cada vez más claro que la fotografía es mi forma de compartir con los demás, y la mejor excusa que he encontrado para atreverme a mirar, y a dejarme mirar, y a proponer al mundo que mirarse en las calles, en los trenes, en nuestro día a día es un ejercicio maravilloso.

– Lo sincero: Me interesa la fotografía como elección sincera y comprometida con nosotros, no solo con nuestros intereses (temas fotográficos) como fotógrafos, sino también comprometida con el modo en que queremos mirar. Creo firmemente que una fotografía sincera nos hará sentirnos más satisfechos y más facilmente llegará a los demás.

– Lo presente: La fotografía como mirada practicada en presente, escuchando adentro y escuchando afuera, el mundo que tengo delante de mi es un espejo en el que proyectar mi aquí y ahora. Me interesa trabajar con el proceso más que con el resultado, con todo lo que ocurre en el aquí y ahora de ese acto que es mirar.

Me interesa la fotografía como forma de autoconocimiento, como excusa para mirar adentro y para mirar afuera. Mirar adentro, sí. La fotografía como excusa para mirarnos.

Me interesa la fotografía como forma de relación entre quien mira y quien es mirado, como forma de contacto y forma de acompañamiento.

Para mirar y mirarnos, aquí y ahora.

Y en ello ando, pasito a paso. El sueño ya no es mañana, es hoy.
El sueño pasó a ser de a diario.

Y eso es muy emocionante.

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