¿Qué significa acompañar?
Acompañar como fotógrafo sobretodo es confiar. Es observar y apoyar lo que hay. Interviniendo lo mínimo en la situación. No dirigiendo lo que va a ocurrir. Ya está hecho, es lo que hay delante de mis ojos.
¿Y cómo se hace?
No se hace. Lo haremos. No es fácil ni rápido. Ahora, es cuestión de poner los ingredientes para que ocurra. Y eso sí, cuando ocurre es maravilloso.
Requiere de un verbo que a veces no utilizamos lo suficiente: respirar. Ambas partes necesitamos un tiempo. Delante de mí hay personas, no robots, ni modelos. Personas que quieren obtener unas imágenes espontáneas pero que a su vez no están acostumbradas a que una persona «extraña» se asome a sus vidas, cámara en mano. Y sobretodo, que quizá no están acostumbradas a que un fotógrafo no les guíe, a que un fotógrafo simplemente esté.
Así que en el proceso ambas partes necesitaremos de ese tiempo, y de esa puesta a punto de los ingredientes (insisto, básicamente respirar y confiar).
Como resulta que a mí este proceso me maravilla, pondré un grado importante de energía en él, (y es a lo que llamo no estar sólo como fotógrafo), pues considero que es la base sobre la que el resultado fotográfico tendrá el grado de naturalidad que buscamos. Llegará un momento en el que casi como por arte de magia dejaréis de tener tan presente esa cámara con patas, que es lo que al principio pareceré, y es que habré dejado de serlo, una cámara con patas, y ya será una persona que simplemente os acompaña. Al final nos caeremos bien y todo.
Y sobretodo, recordaremos el proceso como algo agradable en sí. Y las fotos, que era el objetivo por el que nos conocimos, habrán sido una excusa perfecta para, también, pasar un rato agradable (y sincero) juntos. Luego además, las fotografías se ven distinto, cuando el proceso ha sido bonito.
Esta es mi manera de verlo, de afrontarlo, y de proponerlo. Si queréis conocer más…