Todo comenzó con Ruzafa loves KIDS. Después vendrían Donyets, Lactancia… más ediciones de Ruzafa loves KIDS.
Fue mirando a los niños. Fue acompañando a adultos estando con niños en un periodo tan concreto como la lactancia, como me di cuenta de que lo que primero plantee cómo un pero:
«No soy fotógrafo, soy psicólogo (así me presenté a Juan Romero, editor de Lactancia)»,
no era un pero, sino «un pequeño dato» que me hacía mirar distinto.
Con el tiempo, al cómo, a la forma de estar y de mirar le puse un nombre: ACOMPAÑAR.
Y así comencé a comunicarlo. Y así comencé a acompañar a algunas familias en su día a día, a algunas mamás y peques en sus lactancias, a otros peques en su día a día, en sus cumpleaños…
En realidad era el concepto con el que quería presentarme como fotógrafo, y quería enfocar cada trabajo desde ahí.
A la vez me daba cuenta de que el acompañamiento no era más que mi manera de enfocar, también, la psicoterapia.
Así que un día dejó de tener sentido separarlas, fotografía y psicoterapia, como había hecho hasta entonces, y cobró todo el sentido unirlas, integrarlas.
La fotografía y la psicoterapia tenían mucho que decirse la una a la otra, y mucho que sumar.
Experiencias como mis encuentros con desconocidos a través de «Primera Impresión«, el proyecto «Rencontres» junto a Nelly Van Oost o la propuesta de Autoconocimiento desde la fotografía, la utilización de fotografías en un entorno terapéutico, vinieron a confirmarlo.
Cambié el subtítulo de este blog por «Photo & Therapy», llegó un texto, muy bonito, de Iker Mujika. Llegaron mis primeras tarjetas.
Esta mañana ha llegado una aportación maravillosa a la suma, de Carlos Rubio.
Muy pronto, os la muestro.