Ayer tuve mi primera entrevista y la suerte, digo suerte porque ciertamente estaba algo nerviosin antes, de que Alejandro Serrano Sierra, un total desconocido hasta ese momento, resultase ser un ser tímido a la par que encantador partenaire.
Estuvimos hablando alrededor de dos horas de algunos temas, y entre ellos, hablamos de la intimidad. La intimidad y lo público.
Hace ya un tiempo que afortunadamente aprendí que la intimidad, que lo vulnerable se puede compartir, y que este acto, hecho conscientemente, de una manera comprometida, siendo consciente del momento, el lugar, sabiendo desde dónde se hace, es sumamente sano.
Hace un instante me encontraba con la imagen que ilustra este texto. Cada vez que la veo siento un escalofrío.
Que irrumpieras es de las mejores cosas que me han pasado en la vida. Corrijo: que irrumpiéramos, ambos, aquella noche porteña, en nuestras vidas.
La cuestión es que al encontrarme con la imagen, he sentido de nuevo el escalofrío, y a la vez se relacionaban en mi mente el tema de la intimidad más o menos compartida, y de repente he sentido que quería compartir la imagen y escribir sobre ello.
Que es basicamente el ejercicio que vengo haciendo desde hace ocho años.
En este caso, antes de hacerlo le he preguntado a mi chico, pues forma parte de la imagen, una instantánea ciertamente íntima. Y cada persona en cada momento elige que hacer con su intimidad, y la entiende de una determinada manera, Faltaría más.
Ha dicho: sí.
Aquí está. Es un acto simbólico.
Cada día, con cada texto, con cada imagen que publico, estoy haciendo esa acción conscientemente: compartir.
Cada vez tengo más claro desde dónde lo hago, y sobretodo, para qué.
La vida viene regalándome muchas cositas buenas. Y un poquito en parte, es por compartir.
Así que, a todos los momentos de intimidad compartidos con cada una de las personas que voy encontrando en mi vida: terapeutas, clientes, familia, amigos, parejas, compañeros en la formación en gestalt y teatro. Conocidos y conocidas. Desconocidos y desconocidas, en las calles, en sus casas. Con a saber quién, aquí, cada día:
GRACIAS
Muy interesante Feliz año