Hace 48 horas tuve la suerte de vivir una noche de esas que por muchas razones, pasa directamente a formar parte de esa nuestra «mochila» emocional.
Hola José:
He estado pensando estos días qué escribir, porque me sentía con la necesidad de escribir algo. Porque esa foto, aparte de ser un «fotón» es una foto que va mucho más allá de la foto en sí: tanto en lo personal como en lo colectivo.
En lo colectivo es más que evidente. La foto refleja un estado de ánimo, un alivio, un somos dueños a partir de ahora de nuestro destino, un vamos a cambiar el mundo, un podemos, un grito, etcétera.
En lo personal. Uhau, amigo. En lo personal es un regalo. Llevo ocho años viviendo aquí en Valencia y abjuraba y negaba esta ciudad por su bajada de hombros ante los políticos, los desmanes y las sucesivas mafias instaladas en el poder. Pero este 2015 ha sido distinto. Este 2015 ya me sentía un poco aceptado por esta ciudad canalla, aunque con reservas, siempre con reservas. Este 2015 acepté las fallas con actitud budista y las cosas me fueron mejor en lo personal. Procuré apartar el odio de mi corazón y me fue mejor (trabajo en un bar y te puedes figurar los desalmados con los que te encuentras, la mala educación, el mal trato en vez del buen trato). Ya estaba entrando en la actitud valenciana de pasar de todo e ir a mi bola. Pero ocurrió algo allá por abril o tras las fallas y es que se murió el bueno de Galeano, y alguien, otro anónimo escribió una de sus frases en mi muro de facebook y lo vi claro. Decía: «Mucha gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, pueden cambiar el mundo» y lo vi más quclaro. Esa frase nos estaba impulsando. Esa frase nos decía que hicieramos cosas, algo, lo que fuera y con el corazón y que los resultados acabarían por aparecer. Y así ha sido, amigo a quien aún no conozco.
Organicé charlas políticas en el Slaughterhouse con los representantes del arco de la izquierda: podemos, izquierda unida, compromis. Quería hacer algo desde el pequeño sitio donde trabajo, no sólo por el bar, también por la ciudad, para acabar con rita y con veinte años de poder omnímodo y cateto y cerril, también para vender cervezas y para crear conciencia y para fortalecer mi conciencia con las opiniones y puntos de vista de mis amigos y clientes.
Se fue creando una efervescencia urbana en los días previos: actos por todas partes, gente asistiendo a los mítines y encuentros, vida, habia vida en la ciudad; se compartían eventos y todos clamaban que era una oportunidad histórica, que era el momento de echar a rita y empezar de nuevo.
Ese día por la mañana teníamos organizada una comida-almuerzo en casa de un amigo. Allí estabamos todos los más cercanos, comiendo y compartiendo, hablando y riendo, leyendo entre líneas titulares y prometiendo, algunos, marcharnos de la ciudad si volvía a ser elegida rita.
Y luego nos fuimos a currar al Slaughterhouse y nuestro trozo de calle empezó a vibrar y la gente estaba contenta y creo que estábamos todos un poco borrachos de cervezas y euforia cuando llegamos a la plaza del ayuntamiento a eso de las doce y allí estábamos todos y qué te voy a contar si ya lo viste tú con tus propios ojos y cámaras.
Abracé a mi chica, a Isa, porque estaba que se caía. Demasiadas cervezas, supongo. Y tú estabas allí. Tú lo viste. Yo ya no era yo. Me habías convertido en símbolo, como a tantas otras cosas y personas. Y ahora entiendo la fotografía mejor que hace tres días.
Me hiciste un regalo que nunca olvidaré. Esa foto expresa mucho mejor y con más claridad cualquier palabra que yo pueda escribir ahora mismo o en otro momento. Me has hecho presente en esta ciudad en la que era un anónimo más. Y me gusta, y me agrada y es como un colofón que dice: eres de los nuestros, valencia te acepta entre los nuestros. Y es muchas más cosas, pero qué te voy a contar: es abrazo, y símbolo, y unión y se puede. Y estoy contento, amigo, muy contento.
Gracias por poner el ojo en el momento adecuado. Muchas gracias.
Hola Javier,
Esta vez no lo paré yo. Lo parásteis vosotros.
Claro que sí, amigo. Estoy temblando y nervioso, pero sí, salgamos del anonimato. Haz lo que te parezca mejor y más adecuado.
Nos vamos viendo en las calles, en las plazas o en los bares
Con cariño
Yo también tiemblo, amigo.