Vivencias

 

El primer regalo (el único que recuerdo) que le hice a mi abuelo fue un llavero de un elefante dorado. No es que fuese republicano, pero sí era veterinario, por eso lo del elefante. Quizás lo del dorado (Por ponerle sentido) el color de la “riqueza” porque mis ojosniños (ojoscolorverd -ad) veían en él todo lo que quería ser, o más bien, debía querer ser; hombre, blanco, hetero, con plata y cabeza de una familia migrante que se había ganado los cuartos lejos de su aldea.

En cuanto al llavero, pues me imagino de niño pensando en qué le puede regalar una rana como yo al que es considerado dios de mi familia….al que todo se lo debemos, que llena la nevera, que paga las facturas, pues el ideario de libertad ya que tiene todas las llaves de la vida (la suya y las nuestras..así lo percibía) …pues un llavero, que al menos estén seguras, debí pensar.

Pero no, blanco, a medias sí, pero ni contrato indefinido, ni business-man ni hetero y menos cabeza de familia, mucho menos, vaya.

 

 

En esos primeros pasos de aceptarme y de quererme, imagino que algún día me dije que si algo tengo que aceptar, pues será que algo tengo que conocer, ¿no? Y las primeras preguntas entre -merengues en chiringuitos, viajes con colegas y “Ojalás de Silvio Rodríguez- ya avecinaban que si lo que quería era amor propio, a la puerta de mi alma tenía que llegar. Me tenía que conocer. Claro estaba el objetivo, pero ¿cómo? era la cosa… hasta que me metí en tu perfil.

Ya sabía que las fotos llegan a las almas, pero tú me enseñaste que mis fotos me podían llevar a la mía. ¡Un loco que mezcla la esencia de la foto, con la esencia de la vida! Es lo que pensé.

Y en esto, Jose, que la historieta del llavero me ha venido hoy a la cabeza al ver de nuevo las fotos, creo que llena ese espacio hasta el momento vacío para nombrar lo que ha significado este proceso de acompañamiento, por qué tu fuiste ese llavero, por que sujetaste aquel dia la cámara, y ahora cada vez que me disparo me convierto en elefante por que la llave de mi proceso es mi propia cámara: mi llavero, mi llave, mis puertas y mis libertades, todo junto, todo seguido, de norte a sur, deambular los pasados o los miles de presentes. Así que todo este rollo para darte las gracias por prestarme tus gafas y verme como llavero de mi cámara“.