Cuando acompaño un evento, sea del tipo que sea: un festival de música, un evento de carácter más institucional, un evento artístico, formativo, o una boda, la mirada y el enfoque son los mismos.
Es mi apuesta: acompañar y captar la atmósfera y la esencia de lo que ocurrió a partir de lo que expresan las personas que formaron parte: cómo se vivió, cómo se disfrutó, cómo se sintió.
Este tipo de acompañamiento siempre es personalizado. Partimos de una entrevista previa para aproximar mi mirada a aquellos aspectos que quien organiza o promueve el evento desea que sean destacados, y a partir de ahí, me gusta convertirme en uno más, estar cerca y mezclarme entre las personas, sentir y sintonizar su «frecuencia» y latir con lo que está sucediendo, para que el resultado de mi trabajo transmita esas sensaciones.
Para este tipo de trabajo de acompañamiento a eventos, las tarifas se establecen ante cada propuesta en concreto.
Si queréis consultarme, soy todo oídos.
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